Por Germán Gómez Gana
Director de las carreras Técnico en Construcciones Civiles y Construcción Civil
IP-CFT Santo Tomás, sede Rancagua
En el marco de una nueva celebración del Día del Trabajador y la Trabajadora de la Construcción, es fundamental reflexionar sobre los cambios significativos que está experimentando la industria de la construcción, tanto a nivel mundial como en nuestro país. Actualmente, el sector se está orientado hacia un modelo mucho más sostenible, que no sólo busca mejorar las prácticas constructivas desde una perspectiva económica y a corto plazo, sino que también incorpora criterios de economía circular. Esto implica considerar el impacto ambiental y utilizar los recursos naturales – como materias primas y energía – de manera eficiente, siempre teniendo en cuenta el entorno y la comunidad.
Al adoptar estas acciones a lo largo del ciclo de vida completo de los proyectos de construcción, se busca no sólo mejorar la propuesta de valor, sino también aumentar la eficiencia y la gestión dentro del sector, reduciendo así los riesgos asociados a los proyectos.
Es importante destacar el papel crucial que desempeña la academia en este proceso. La formación de nuevos profesionales que ingresarán a la industria es clave para generar un cambio de mentalidad. Esto nos permite integrar elementos como el cuidado del medio ambiente y el rol social de la construcción, así como analizar los proyectos en su totalidad, desde la identificación de necesidades, el diseño y la construcción, hasta la operación, el mantenimiento y el final de la vida útil del proyecto, que puede incluir la demolición o renovación.
Al inculcar estos conceptos en los nuevos profesionales, estamos convencidos de que podemos impulsar un cambio significativo en la industria de la construcción. Esto incluye la incorporación de materiales más amigables con el medio ambiente, la mejora de la productividad a través de la industrialización y la optimización de procesos, así como la implementación de prácticas de reutilización y reciclaje en los proyectos. De este modo, podemos contribuir a un entorno y una comunidad más sostenibles, logrando así un sector de la construcción mucho más responsable y consciente.