Inclusión no debe ser un ideal lejano, sino una realidad cotidiana

Noticias
Tools

La Terapia Ocupacional me ha enseñado que la verdadera felicidad habita en lo cotidiano; que la autonomía y la independencia son formas profundas de dignidad y desde el Colegio Hermano Fernando de la Fuente asumimos el compromiso de promoverlas y defenderlas cada día.

Recuerdo a Gustavo, un adolescente con parálisis cerebral que, a sus 16 años, logró comer solo por primera vez con una cuchara adaptada. Fue un momento tan conmovedor que no pude evitar emocionarme. También pienso en Diego, un niño dentro del espectro autista, amante de Bob Esponja, que el año pasado amplió sus habilidades sociales y participó por primera vez en un acto escolar, cantando “Necesito un segundo” de Chayanne frente a sus compañeros.

Historias como estas me reafirman que la inclusión no solo es posible, sino también esencial. Y no solo por los logros de los niños y niñas, sino también por las palabras de los adultos que los acompañan. Como nuestro director Nicolás, quien un día me dijo: “A mí lo que me interesa es ver a los niños felices”. O la tía Jimena, orgullosa al contar que dos exalumnos del colegio encontraron trabajo y se mantienen en sus puestos hasta hoy.

En este camino también he conocido personas maravillosas, como Jerllen Romero, nuestra operadora telefónica. Sanfernandina, con más de 24 años de servicio en SLEP Colchagua, Jerllen es probablemente la única persona en la región que ejerce este rol. Ama la comunicación y ha sido un puente para muchas personas. En el pasado, ayudaba a encontrar hogares y educación para niños con patologías psiquiátricas severas. Hoy, desde su oficina en el colegio, contesta llamadas, toma notas en una libreta que compró a estudiantes del programa laboral y recorre el establecimiento con su bastón, ya que tiene cero visibilidad.

Jerllen es una mujer alegre, inteligente y generosa. Tiene una sonrisa hermosa y una forma de vivir la vida que admiro profundamente. Su diagnóstico no la define, y su forma de enfrentar la vida me recuerda que todos, con nuestras ventajas y desafíos, estamos hechos de carne, hueso y también de sueños.

Jerllen es muestra viva de que la inclusión existe. Para mí, ella representa una bandera de lucha que todos debemos afirmar y defender día a día. Su presencia, su labor y su forma de vivir son un recordatorio constante de que la inclusión no debe ser un ideal lejano, sino una realidad cotidiana por la cual todos debemos trabajar.