En la tranquila localidad de Chacarillas, la Navidad volvió a encender su luz más especial. Por tercer año consecutivo, la Casa del Viejo Pascuero, creada con amor por Óscar Brizuela y su familia, abrió sus puertas para regalar esperanza, ilusión y alegría a grandes y pequeños. La entrada es completamente gratuita, y todos son bienvenidos.
Óscar, tecladista de la Banda Tropikal de Vallenar, recuerda con emoción que esta tradición nació de su padre, Juan Brizuela, quien desde siempre le enseñó el valor de compartir la magia navideña con los demás. Hoy, junto a su esposa Verónica Valdivia, mantienen vivo ese legado, transformando su hogar en un espacio donde los sueños vuelven a la vida.
Cada noche, desde las 21:00 horas, la casa se llena de risas, luces, alegría, ilusión y abrazos. Niños que miran maravillados cada rincón, jóvenes que se dejan contagiar por el espíritu navideño, y adultos mayores que se emocionan al recordar su infancia. “Ver a los niños felices es lo que nos motiva. Su alegría nos paga todo el esfuerzo”, confiesa Óscar con orgullo.
Verónica, siempre a su lado, apoya cada detalle y cada preparación. Juntos han logrado que este lugar se convierta en un punto de encuentro para familias que buscan vivir la Navidad en su forma más pura: compartir, sentir y recordar.
El próximo 21 de diciembre, la familia Brizuela-Valdivia ofrecerá un show completamente gratuito, con artistas invitados, sorpresas, la entrega de regalos para los niños y la presencia especial del Viejo Pascuero, quien compartirá y se tomará fotografías con las familias. Todo costeado con esfuerzo propio por Oscar Brizuela y Verónica Valdivia y sin fines de lucro, movidos únicamente por el deseo de entregar magia y felicidad a los niños y adultos.

Óscar invita a todos a ser parte de esta experiencia:
“Queremos que todos vengan. Que vivan la magia, que rían, y que difruten en familia. La Casa del Viejo Pascuero es para todas las familias, la entrada es gratis, y los invitamos a venir a disfrutar en comunidad.”
En Chacarillas, la Navidad ya comenzó, y una vez más, la Casa del Viejo Pascuero se transforma en un refugio de amor, ilusión y momentos que quedarán guardados en el corazón de quienes la visiten.