El artista visual y escritor de la ciudad de Rancagua, Leandro Sepúlveda Venegas obtuvo recientemente el primer lugar con más de cien cuentos desde cada rincón de nuestro país, en el concurso literario organizado por CEDEP y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, desarrollado en Santiago.
Fue un verdadero viaje literario lleno de historias únicas y emocionantes. El cuento ganador con su microrrelato en 300 palabras fue titulado “El Gol pe Estadio” en la primera convocatoria del Concurso literario “Corre la Voz” con la invitación especial de FELIDE.
Entre el jurado estuvo presente Julio Salviat, Premio Nacional de Periodismo Deportivo de Chile en 1996.
El Gol pe´ estadio
Señoras y señores es un día soleado para los amantes del fútbol. Se juega la gran final de la Copa Chile, con más de cincuenta mil hinchas en el estadio Nacional presenciando el súper clásico setenta y tres. Se enfrentan los equipos de La Derecha, con indumentaria color verde; y su máxima figura, Pino, ocupando el número ocho en la espalda; y el equipo de La Izquierda, color rojo, con la casaquilla once su goleador apodado Salva.
Este encuentro es de alto riesgo para la comunidad, por este motivo, la Intendencia Metropolitana ha decidido resguardar a la comunidad, aplicando la ley Estadio Seguro, estando presente las fuerzas aéreas, carabineros y seis tanques militares. En Ñuñoa las banderas flamean mientras entonan el himno nacional. Los jueces y los jugadores están en la cancha para comenzar el deporte más bello del mundo. El árbitro lanza la moneda al aire; mueven la pelota los verdosos, al minuto quince, Pino, el jugador más peligroso, se suspende en el aire cabeceando el balón, gritando el primer gol del encuentro. Salva al ver que su equipo pierde ante su archirrival, les dice a sus compañeros que mojen la camiseta corriendo en el campo de juego.
Al minuto cuarenta del segundo tiempo, cerca del punto penal, el once se manda una chilenita impresionante, dejando la esfera donde tejen las arañas, en todo el ángulo del pórtico, logrando así el empate parcial. Los cánticos de la marea roja se hacen escuchar en las galerías del histórico coloso. Al minuto tres del alargue habilitan al ocho, quedando solo, y desde fuera del área dispara un cañonazo clavándose al medio del arco. El guardalíneas levanta el banderín indicando que es una jugada dudosa y allí todos los jugadores se vuelcan a confrontar al árbitro mientras camina tranquilo al Var.